Lava, pela y corta las patatas en rodajas, procurando que no queden ni muy finas ni muy gruesas.

Calienta abundante aceite en una sartén y fríe las patatas hasta que estén doradas y crujientes.

Sácalas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Añade sal al gusto.

En un bol, bate los 6 huevos con una pizca de sal y un poco de pimienta negra.

Retira casi todo el aceite de la sartén, dejando solo una fina capa.

Vuelve a poner las patatas en la sartén a fuego medio.

Añade los huevos batidos y remueve sin parar con una espátula, para que el huevo cuaje sin secarse.

Cuando esté cremoso pero bien cuajado, retira del fuego y sirve inmediatamente.

Acompaña, si lo deseas, con una cucharada de mayonesa por encima o al lado.